Este año la Academia sueca ha premiado a la poeta estadounidense Louise Glück, también ganadora del premio Pulitzer en 1993, por “su inconfundible voz poética, que con austera belleza hace universal la existencia individual”. Entre sus obras publicadas encontramos:
- “El iris salvaje” (Ed. al español 2006)
- La diferencia entre Pepsi y Coca-Cola: antología de poesía norteamericana contemporánea. Traductor: Julio Mas Alcaraz. Editorial Vitruvio (2007).
- .Ararat. Editorial Pre-textos (2008).
- Poesía selecta. Caracas: Universidad Metropolitana, Colección Luna Nueva (2008).
- Las siete edades. Editorial Pre-textos (2011).
- Averno. Editorial Pre-textos (2011).
- Praderas. Editorial Pre-textos (2017).
Lee también: Poesía: David Gonzalez, Poesía: María Luisa Angarita, El arte en tiempo de pandemia, Por Carlos Trujillo
Poemas de Louise Glück traducidos al español por el poeta chileno Carlos Trujillo:
“Me parece que el deseo de hacer arte produce una experiencia continua de anhelo, una inquietud que a veces, pero no inevitablemente, se manifiesta romántica o sexualmente. Siempre parece algo por delante, el próximo poema o cuento, visible, al menos, comprensible, pero inalcanzable. Percibirlo por completo es ser perseguido por él; algún sonido, algún tono, se convierte en un tormento: el poema que encarna ese sonido parece existir en algún lugar ya terminado. Es como un faro, excepto que, cuando uno nada hacia él, él retrocede.” (En The Poets Laureate Anthology, W.W Norton and Company, 2010, p.85)
DÍA DE TODOS LOS SANTOS
Hasta ahora este paisaje se sigue armando.
los campos han quedado
Las colinas se oscurecen. Los bueyes
duermen en su yugo azul,
limpios, las gavillas
en atados de tamaño uniforme y amontonadas entre las potentilla
al costado del camino, cuando sale la luna dentada:
Esta es la esterilidad
de la cosecha o la pestilencia.
Y la esposa se asoma por la ventana
con la mano extendida, como pagando,
y las distintas
semillas, doradas, llamando
Ven aquí
Ven aquí, pequeña
Y el alma se arrastra fuera del árbol.
LOS NIÑOS AHOGADOS
Tú lo ves, ellos no tienen juicio.
Así que es natural que se ahoguen
primero el hielo que los atrapa
y luego, todo el invierno, sus bufandas de lana
flotando detrás de ellos mientras se hunden
hasta que por fin se callan.
Y el estanque los levanta con sus múltiples brazos oscuros.
Pero la muerte debe llegarles de manera diferente,
tan cerca del principio.
Como si siempre hubieran sido
ciegos e ingrávidos. Por lo tanto,
el resto se sueña, la lámpara,
la buena tela blanca que cubría la mesa,
sus cuerpos.
Y, sin embargo, escuchan los nombres que usaron
como señuelos deslizándose sobre el estanque:
¿Qué están esperando
para volver a casa, para volver a casa, perdidos
en las aguas, azules y permanentes?
A PRINCIPIOS DE DICIEMBRE EN CROTON-ON-HUDSON
El sol al máximo. El Hudson
Cubierto por el hielo.
Escucho el chasquido de los dados de hueso
De la grava revuelta. Pálida
Como un hueso, la nieve reciente
Se adhiere al río como un pelaje.
Parada. El año pasado
Íbamos a entregar los regalos de Navidad cuando
Se pinchó el neumático. Sobre los pistones muertos se alzaban
Los pinos botados por una tormenta, sus ramas desnudas. . .
Te deseo.
OLMOS
Todo el día traté de diferenciar
la necesidad del deseo. Ahora, en la oscuridad
sólo siento una amarga tristeza por nosotros,
los constructores, los cepilladores de madera,
porque he estado mirando
constantemente estos olmos
y he visto que el proceso que crea
el árbol inmóvil que se retuerce
es un tormento, y he entendido
que no creará más que formas retorcidas.
EL VASO VACÍO
Pedí mucho; recibí mucho.
Pedí mucho; recibí poco, no recibí
casi nada.
¿Y en medio de eso? Algunos paragüas se abrieron dentro de casa.
Un par de zapatos, por error, sobre la mesa de la cocina.
Oh, malo, malo– era mi naturaleza. yo tenía
el corazón duro, distante. Era
egoísta, rígida hasta el punto de la tiranía.
Pero siempre fui así, incluso en la primera infancia.
Pequeña, morena, temida por los otros niños.
Nunca cambié. Dentro del vaso, la abstracta
marea de la fortuna pasó
de arriba a abajo de la noche a la mañana.
¿Fue el mar, respondiendo, tal vez,
a la fuerza celestial? Para estar a salvo,
recé. Traté de ser una mejor persona.
Pronto me pareció que lo que empezó como terror
y, de hecho, maduró hasta volverse
narcisismo moral, podría haberse convertido
en verdadero crecimiento humano. Tal vez
esto es lo que querían decir mis amigos, tomándome la mano,
diciéndome que entendían
el abuso, la mierda increíble que acepté,
lo que implica (así lo pensé una vez) que estaba un poco enferma
para dar tanto por tan poco.
Mientras ellos querían decir que yo era buena (estrechando mi mano intensamente) –
una buena amiga y una buena persona, no una criatura patética.
¡No era patética! Estaba escrito en grande
como una reina o una santa.
Bueno, todo eso da lugar a una conjetura interesante.
Y se me ocurre que lo crucial es creer
en el esfuerzo, creer que algo bueno vendrá simplemente por intentarlo,
un bien completamente incontaminado del corrupto impulso inicial
de persuadir o seducir–
¿Qué somos sin esto?
Girando en el universo oscuro
solos, asustados, incapaces de influir en el destino–
¿Qué tenemos realmente?
Trucos tristes con escaleras y zapatos,
trucos con sal, intentos recurrentes de motivación
impura para construir el carácter.
¿Qué tenemos para apaciguar a las grandes fuerzas?
Y creo que al final esta fue la pregunta
que destruyó a Agamenón, allá en la playa,
los barcos griegos listos, el mar
invisible más allá del puerto sereno, el futuro
letal, inestable: fue un tonto, pensando
que podría ser controlado. Debería haber dicho
No tengo nada, estoy a tu merced.
FIN DEL INVIERNO
Sobre el mundo inmóvil, un pájaro canta
Despertando solitario entre las ramas negras.
Tú querías nacer; yo te dejo nacer
¿Cuándo mi dolor se interpuso
en tu camino de placer?
Sumergiéndonos
en la oscuridad y la luz al mismo tiempo
ávido de sensaciones
como si fueras una cosa nueva, queriendo
expresarse
todo brillo, todo vivacidad
sin pensar nunca
que esto te costaría algo,
sin nunca imaginar el sonido de mi voz
como algo que no fuera parte de ti–
no lo oirás en el otro mundo,
no con claridad otra vez,
ni en el canto de un pájaro ni en un grito humano
ni en el sonido claro, sólo
en el eco persistente
en todo sonido que significa adiós, adiós–
la única línea continua
que nos une el uno al otro.
LA NARANJA FALSA
No es la luna, te digo.
Son estas flores
Las que iluminan el patio.
Las odio.
Las odio como odio el sexo,
la boca del hombre
sellando mi boca, el cuerpo
paralizante del hombre–
y el grito que siempre se escapa,
la baja y humillante
premisa de la unión—
En mi mente, esta noche,
Escucho la pregunta y la respuesta
que la sigue fusionadas en un solo sonido
que aumenta y aumenta y luego
se divide en los viejos yoes,
los cansados antagonismos. ¿Lo ves?
Nos pusieron en ridículo.
Y el aroma de naranja falsa
se filtra por la ventana.
¿Cómo descansar?
¿Cómo estar contenta
cuando todavía hay
ese olor en el mundo?
PARÁBOLA DE LOS REHENES
Los griegos están sentados en la playa
preguntándose qué hacer cuando termine la guerra. Nadie
quiere volver a casa, volver
a esa isla huesuda; todos quieren un poco más
de lo que hay en Troya, más
vida al límite, esa sensación de que cada día está
lleno de sorpresas. Pero, ¿cómo explicar esto
a quienes están en casa, para quienes
librar una guerra es una plausible
excusa para la ausencia, mientras que
explorar la capacidad de diversión
no lo es. Bueno, esto se puede enfrentar
más tarde; estos
son hombres de acción, dispuestos a dejar
esa percepción en las mujeres y los niños.
Pensando bajo el sol ardiente, complacidos
por una nueva fuerza en sus antebrazos, que parecen
más dorados que en casa, algunos
empiezan a extrañar un poco a sus familias,
a extrañar a sus esposas, a querer ver
si la guerra los ha envejecido. Y algunos se inquietan
un poco: ¿y si la guerra
es sólo una versión masculina de vestirse elegante,
un juego ideado para evitar
profundas preguntas espirituales? Ah,
pero no era sólo la guerra. El mundo había empezado
a llamarlos, una ópera que empezaba con los fuertes
acordes de la guerra y terminaba con el aria flotante de las sirenas.
Allí en la playa, discutiendo los distintos
horarios para llegar a casa, nadie creía
que pudiera llevar diez años volver a Ítaca;
nadie previó esa década de dilemas insolubles, oh, incontestable
aflicción del corazón humano: ¿cómo dividir
la belleza del mundo en amores
aceptables e inaceptables? En las costas de Troya,
cómo podían saber los griegos
que ya eran rehenes: quien retrasa
una vez el viaje
ya está cautivado; ¿cómo iban a saber
que de su pequeño número
algunos quedarían retenidos para siempre por los sueños de placer,
otros por el sueño y otros por la música?
PARÁBOLA DE LOS CISNES
En un pequeño lago fuera
del mapa del mundo, vivían
dos cisnes. Como cisnes
pasaban el ochenta por ciento del día estudiándose
a sí mismos en el agua atenta y
el veinte por ciento cuidando al amado.
De este modo,
su fama como amantes nace
principalmente del narcisismo, que deja
tan poco tiempo libre para
un crucero más general. Pero
el destino tenía otros planes: después de diez años, se toparon
con las aguas viscosas; fuera cual fuera la suciedad,
se adhirió al plumaje del macho, que al instante
se volvió gris; simultáneamente,
se reveló el verdadero propósito
del diseño flexible de su cuello. Tanta
acción en el monótono lago, ¡tanto
que se ha perdido! Tarde o temprano en una larga
vida juntos, cada pareja se encuentra
con una emergencia como ésta, un
drama que lo arruina
todo. Esto
ocurre por una razón: poner a prueba
el amor y exigir
una nueva expresión de sus complejos términos.
Entonces salió a la luz que el macho y la hembra
volaban bajo estandartes diferentes: mientras
el macho creía que el amor
era lo que uno sentía en el corazón,
la hembra creía
que el amor era lo que uno hacía. Pero esta no es
una pequeña historia sobre la intrínseca
corrupción del macho, usando como evidencia la sórdida
definición de pureza del cisne. Es
una historia de astucia e inocencia. Durante diez años
la hembra estudió al macho; se entretuvo
cuando él dormía o cuando estaba
convenientemente concentrado en el agua,
mientras que el macho espontáneo
actuaba con indiferencia, según
el antojo del momento. En el agua fangosa
discutieron un rato, en la luz que se desvanecía,
hasta que la disputa se volvió
gradualmente abstracta, convirtiéndose
poco después
en parte de su canto.
LA HABLANTE INDIGNA DE CONFIANZA
No me escuchen porque mi corazón está destrozado.
No veo nada objetivamente.
Me conozco. He aprendido a oír igual que un psiquiatra.
Cuando hablo con pasión
es cuando menos deben confiar en mí.
De verdad, es muy triste: toda mi vida me han elogiado
por mi inteligencia, mi habilidad con el lenguaje, mi perspicacia.
Al final, todo es desaprovechado–
Nunca me veo a mí misma
de pie en los escalones de la entrada, sosteniendo la mano de mi hermana.
Por eso no puedo darme cuenta
de los moretones en su brazo, allí donde termina la manga.
En mi propia mente, soy invisible: por eso soy peligrosa.
La gente como yo, que parece desinteresada,
somos los lisiados, los mentirosos;
somos nosotros los que deberíamos ser excluidos
del interés por la verdad.
Cuando estoy callada, es cuando aflora la verdad.
Un cielo despejado, las nubes como fibras blancas.
Debajo, una casita gris, las azaleas
rojas y rosado brillante.
Si quieres la verdad tienes que acercarte
a la hija mayor, bloquearla:
cuando un ser vivo es lastimado de ese modo,
en sus mecanismos más profundos,
toda función se altera.
Por eso no se puede confiar en mí.
Porque una herida en el corazón
es también es una herida en la mente.
LA CANCIÓN DE PENÉLOPE
Alma pequeña, pequeña perpetuamente desnuda,
Haz ahora lo que te pido, trepa
Por las ramas del abeto, que parecen repisas;
Espera arriba, atenta, como
Una centinela o una vigía. Pronto estará en casa;
Te conviene ser
Generosa. Tú tampoco has sido completamente
Perfecta; con tu cuerpo fastidioso
Has hecho cosas que no deberías.
Decir en los poemas. Por tanto
Llámalo sobre el mar abierto, sobre el agua
Clara
Con tu canción oscura, con tu agarre
Canción avara y antinatural,
Como Maria Callas.
¿Quién no te querría? ¿De quién es el apetito más demoníaco
Que podrías dejar de responder? Pronto
Regresará de dondequiera que vaya
Mientras tanto,
Bronceado por su tiempo fuera, deseando
Su pollo a la parrilla. Ah, debes saludarlo,
Debes sacudir las ramas del árbol
Para llamar su atención,
Pero con cuidado, con cuidado, no sea
Que su hermoso rostro se estropeae
Por la caída de demasiadas agujas.
EL MITO DE LA INOCENCIA
Un verano, ella sale al campo como de costumbre
y se detiene un rato en la piscina donde a menudo
se mira para ver
si detecta algún cambio. Ve
la misma persona, la horrible túnica
de hija todavía aferrándose a ella.
En el agua, el sol parece muy cercano.
Ese es mi tío espiando de nuevo, piensa ella–
todo en la naturaleza de alguna manera es su pariente.
Nunca estoy sola, piensa ella,
convirtiendo el pensamiento en una oración.
Entonces aparece la muerte, como la respuesta a una oración.
Ya nadie entiende
lo hermoso que era. Pero Perséfone recuerda
que también la abrazó ahí mismo,
con su tío mirando. Recuerda
la luz del sol parpadeando en sus brazos desnudos.
Este es el último momento que recuerda claramente.
Entonces el oscuro dios se la llevó.
También recuerda, aunque con menos claridad,
la escalofriante percepción de que a partir de ese momento
no podría volver a vivir sin él.
La niña que desaparece de la piscina
no volverá nunca. Volverá una mujer
buscando a la chica que fue.
Se para al lado de la piscina diciendo, de vez en cuando,
me secuestraron, pero le suena
mal, nada que ver con lo que sentía.
Luego dice, no me secuestraron.
Y después dice: yo me ofrecí, quería
escapar de mi cuerpo. Incluso, a veces,
deseé esto. Pero la ignorancia
no puede desear el conocimiento. La ignorancia
desea algo imaginario, que ella cree que existe.
Todos los diferentes sustantivos–
ella los dice en rotación.
Muerte, esposo, dios, extraño.
Todo suena tan simple, tan convencional.
Debo haber sido una chica sencilla, piensa ella,
Ella no puede recordarse como esa persona
pero sigue pensando que la piscina la recordará
y le explicará el significado de su oración
para que pueda entender
si fue respondida.
One Comment Add yours